
El sector industrial y de servicios en España se enfrenta a un doble desafío: la transición hacia una economía baja en carbono y la creciente exposición a los riesgos derivados del cambio climático.
Los eventos extremos como inundaciones, olas de calor, sequías o tormentas, ya están afectando a infraestructuras y procesos productivos del sector.
El 86,8% de los siniestros tramitados entre 2017 y 2022 por el Consorcio de Compensación de Seguros —que incluye entre otros, industria, comercios y oficinas—, se debieron a inundaciones y tempestades ciclónicas atípicas.
Su dependencia del suministro de materias primas le convierte en un sector altamente expuesto a impactos en cascada provenientes del sector primario.
El 99,8% del tejido empresarial español está formado por pymes. Aunque destacan por su flexibilidad ante nuevos mercados, su limitada capacidad financiera reduce sus posibilidades de adaptación.