
España es uno de los países europeos que alberga una mayor biodiversidad. Esta riqueza natural se ve seriamente amenazada por los efectos del cambio climático.
El cambio climático altera ciclos biológicos y ecosistemas, modificando la distribución de especies y dificultando la conservación de hábitats.
Fenómenos como el aumento de temperaturas, la variación de los patrones de precipitación, y la mayor incidencia y severidad de los incendios forestales amenazan seriamente nuestro patrimonio natural.
El cambio climático intensifica problemas preexistentes como los derivados de la fragmentación de hábitats o la sobreexplotación de recursos, aumentando la vulnerabilidad de los ecosistemas y especies.
La pérdida de biodiversidad y servicios ecosistémicos pueden generar impactos en cascada sobre múltiples sectores socioeconómicos, debido a su dependencia de recursos naturales vulnerables.